martes, 30 de marzo de 2010

El Bombín Cuadrado nº 01


Bombín Cuadrado nº 01.
Lo primero de todo, agradeceros la gran respuesta que hubo el primer día de publicación. Casi 200 personas entraron de golpe a disfrutar del nuevo número, y sigue entrando gente sin parar...Gracias a todos!
Luego queríamos agradecer a Christophe Decoster por participar con nosotros en este nº, pero lamentablemente no hubo espacio para su ilustración. No cuadraban las páginas. Lo sentimos Chistophe! Aquí la mostramos para que la disfrutéis.

Y para finalizar, una muestra de contenido de la revista. Un vídeo de un director novel en esto de los cortometrajes, Diej Cowoski. El boceto se lo hizo un gran amigo suyo, Diego Cobo.
Disfrutad de las ilustraciones, vídeos y sobretodo, de la revista!






Salud y rocanrol!
El bombin rojo

lunes, 22 de marzo de 2010

Una semanita para el próximo número

Hola a todos!
Mientras trabajo... este lunes he pensado en no dejarme llevar por la desidia de cada lunes.
NO.
Hoy es un día estupendo, el prmer lunes de la primavera, y los bombineros lo hemos celebrado por todo lo alto con una fiesta doble para celebrar el cominezo de la primavera, y el cumpleaños de uno de los bombineros.
¡Yupi! Así se puede comenzar una semana...
De modo que al pie del cañón y con la agenda repletita de movidas por llevar a cabo, empieza a sacudir tus pies, pero deja de bailar... Que hoy lo que toca es currar y la dirección de tus pinreles debe enfocarse hacia adelante.
Feliz lunes a todos...
Pero no te enfríes mucho, que en una semana y media (ya daremos detalles), nos vemos en El Raval... Y estaremos invitados TODOS!!

jueves, 18 de marzo de 2010

Bocetos del nº 01 'Me gusta, me duele'


Os dejo con un texto de Mari Carmen Estébanez (Me gusta , me duele) que, por falta de espacio en la revista, se tuvo que quedar fuera. Esta ilustrado por un cuadro de Anne Siv Falkenberg Pedersen (Big Mama), que podréis disfrutar en el próximo nº 01
El bombín Rojo
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Me gusta me duele.

Es de rigor que todo lo que nos hace felices, implica a su vez un dolor. Si algo nos lleva a esos momentos tan buscados a los que llamamos 'felicidad', al sentir la pérdida de esa dicha, la respuesta será la tristeza y el dolor.
No hay rosas sin espinas, pero ¿y qué?, eso nunca será una razón válida para perdernos su color, su aroma y su belleza. El dolor es siempre el reverso de la moneda respecto del placer y de la felicidad.
El triunfo y la dicha de un ser humano cuando aprende a andar por primera vez, se paga con un sin fin de batacazos más o menos afortunados, una gran lección a aprender desde ya, para el resto de nuestra vida.
Y ese bien tan preciado y tan buscado llamado amor, el dolor que nos causa es directamente proporcional a la dicha que nos proporcionó, aún en los casos en que ésta fuera más imaginaria que real, alguien pensará que hay historias de amor que acaban bien y yo no lo voy a discutir, haberlas 'haylas', pero no se trata de eso. El hecho de amar y ser amados por alguien de verdad, ni nos asegura la felicidad eterna, ni nos inmuniza contra el dolor.
Sufriremos si vemos sufrir a la persona amada, en cualquiera de las diferentes clases de amor, de padres, de hijos, de amigos de amantes... Pero la felicidad que ese amor nos proporciona, nos merecerá el precio. Por supuesto, no voy a rubricar la lapidaria frase católica, apostólica y romana, de que 'venimos a esta vida a sufrir', porque por más que pinchen las espinas, una rosa es una rosa.
M.C. Estébanez







martes, 2 de marzo de 2010

Los orígenes del bombín.

El primer 'sombrero hongo' se lo encajó Edmund Cole allá por el año 1849.
Edmund llegó aquel día a su casa con una sonrisa especialmente radiante. Se sentó en su sillón de lectura, así lo llamaba aunque no tuviera otro, justo enfrente de la caja de cartón que había transportado desde el jardín de sombreros por el que había estado paseando aquella tarde. ¡Cuántas veces había pasado por delante de Lock & Co. y se había quedado embobado frente al escaparate...! Cientos de veces.

Siempre había pensado que a un hombre respetable debía cubrirle un sombrero respetable. En realidad no tenía muy claro que significaba la palabra 'respetable', pero su bisabuelo siempre decía que un hombre respetable siempre podía dar la cara por su gente, en cualquier situación. Y si un hombre anciano como su bisabuelo lo decía, algo de razón llevaría.

El sombrero que ahora tenía en sus manos era diferente de los que había visto por la calle. Era sólido, era respetable y le protegería de los molestos ramazos de los árboles.
Sostuvo el bombín un buen rato antes de dirigirse hacia el espejo del recibidor. Observando su reflejo se colocó el sombrero sobre su cuadrada cabeza. El espejo fue la última cosa que vieron los ojos de Edmund antes de desvanecerse.”

Nunca más se volvió a saber del viejo Edmund. Algunos pensarán que este hombre nunca existió y que esta historia es tan sólo una patraña. Pero, la verdad es que aquel 'sombrero hongo' era un portal que trasladó a Edmund a otro lugar o, quizás, a otro tiempo.


La Sombrerería

"Bombín Naranja"


Deja que te llevemos a otro mundo